En los malos momentos las cotizaciones sufren auténticos desplomes. Sin embargo durante la parte buena del ciclo sus cotizaciones suben mucho más que las de las empresas sólidas. Cuando se invierte en empresas cíclicas el objetivo es acercarse lo máximo posible a comprar en la parte baja del ciclo y vender en la parte alta. Para ello hay que conocer muy bien el sector al que pertenece la empresa desde el punto de vista fundamental y/o utilizar el análisis técnico y las velas japonesas.
Por muy bien que se dominen cualquiera de estas técnicas siempre hay que preveer que podamos estar equivocados, por lo que es necesario establecer una estrategia para salir en caso de que las cosas no marchen como esperamos. Si se entró por los fundamentales de la empresa podría salirse cuando dichos fundamentales se deterioren gravemente, o más allá de lo que habíamos previsto. Si se entró por análisis técnico debe establecerse un stop-loss basado en la cotización. Los sectores cíclicos más típicos son aerolíneas, fabricantes de automóviles, acereras, papeleras, y empresas relacionadas con las materias primas en general.
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